Bip… Bip, Bip-Bip suena el reloj despertador a las 5 de la mañana, “Me siento bendecido cada día que despierto, comienza un nuevo día y depende de mi actitud que se convierta en un día maravilloso o en un horror a conquistar este día se ha dicho” esas son las palabras que se dice Javier, cuando se levanta al igual que el sol cuando asoma su brillo mañanero de lunes a viernes.
Se da un baño y rápidamente se alista, en su apartamento se siente el aroma de café Hondureño, mientras pone algunas cosas en su microondas para hacer su desayuno, a su mente se vienen los recuerdos de su pueblo en
Santa Bárbara [ Honduras, Centro America ] El olor de la leña quemándose en la hornilla, el cantar de un viejo gallo, el cacareo de las gallinas y sin olvidar sus baleadas, el bip… bip del microondas lo hace regresar a Estados Unidos, cuando tiene todo listo parte para su trabajo.
Después de una larga semana de estar pegando ojitos verdes, Azules y negros, uno que otro brazo y un par de patitas; siempre procurando que todo quede perfecto para ganarse el bono de la semana, Javier es uno de los mejores empleados y se caracteriza por tener la mejor mano de obra.
Recibió su cheque ayer viernes al salir de la fábrica de peluches en
Dakota Del Sur, tiene planeado hacer sus compras por el único supermercado latino que conoce, pero antes de hacer cualquier cosa, compra en la tienda cinco tarjetas telefónica de cinco dólares cada una para llamar a su inspiración de cada día, Su madre.
La ansiedad por marcar el 011+504 y el número de la única casa que tiene teléfono en su pueblo donde lo espera como de costumbre Doña Rosario, lo hace marcar un número incorrecto. “Buenos días quien habla” contesta una voz ronca a lo que Javier responde “Don Ignacio buenos días, ¿cómo está? habla Javier de Estados Unidos , me podría comunicar con mi mama” le contestan con un tono no tan amigable “Aquí no vive nadie que se llame Rosario se equivocó de numero deje de estar llamando” rápidamente se da cuenta que no es la persona que debería de estar contestando usualmente, cuelga y nuevamente marca el número , esta vez la tarjeta de llamada le dice que solamente le quedan tres dólares con sesenta centavos se dice a sí mismo “Hay que tarjeta más timadora esta pucha”
Logro marcar el numero correcto y esta vez sí contesto Don Ignacio luego de compartir palabras con su padrino le pasan a su mama, y en la llamada el famoso ruido que nunca falta en llamadas internacionales.
“Hello mom ¿me escuchas?… alo. Spanglish. Javier toma clases de inglés gratuitas en el colegio del estado por las tardes y se siente orgulloso de estar aprendiéndolo. Su madre lo ataco con un sin fin de preguntas que usualmente le hace, “Si mijo aquí estoy, que bonito hablas ingles mijo, ¿cómo estás?, ¿andas puesto el abrigo? mira que no quiero que te pegue otra vez gripe, ¿ya comiste...?” “Yes mom ya comí y ando puesto mi abrigo, viera que aquí está bien cold [frio], Mom busque un pencil [lápiz] y paper [papel] para que apunte el número de envió del dinero mom, al fondo se escucha veni cipote pásame la pluma para apuntar algo, Doña Rosario contesto con lo poco que le había aprendido a su hijo en llamadas anteriores “Yes mijo ahorita lo traigo”. Javier y Doña Rosario platicaron de todo lo que les había pasado en la semana.
Javier habla con su madre un aproximado de 2526 minutos al mes, entra en la cifra que según señala un estudio publicado por la firma de análisis
Nielsen que los latinos son los más aficionados a la telefonía móvil en Estados Unidos, ya que son quienes más tiempo dedican al mes a hablar con sus familiares en sus países.
Las conclusiones son extraídas de las facturas de 60.000 mil usuarios de teléfonos móviles, señalan que la comunidad afroamericana es la más habladora con casi 3000 minutos al mes, seguida de la hispana que dedican como Javier 2526 minutos, las cifras superan a las registradas en las facturas de los consumidores anglosajones, el grupo de población menos comunicativa al tan solo usar 647 minutos al mes, por detrás de los de origen asiáticos con 698 minuto.
Las señales están por todos lados la ola latina lo arrasa todo, es impresionante el crecimiento de la población hispana en Estados Unidos Benicio del Toro y muchos más están transformando Hollywood; actualmente se venden más tortillas que bagels y más salsa que kétchup.
Bill Clinton alguna vez dijo que quería ser el último presidente de Estados Unidos que no hablara español y su deseo se realizó. Tanto que el ex presidente,
George W. Bush, como el demócrata,
John Kerry, hablan un poco de español sin olvidar a
Rudolph Giuliani.
Los latinos están en Estados Unidos para quedarse. No se van a ir a ningún lado ni van a regresar a sus países de origen. Este es su país y ahora es el momento en que están demostrando su verdadero poder.