Los Yankees no necesitaron el séptimo juego, probablemente se extendieron más de lo esperado jugando hasta el sexto, pero así se disfrutó más el sabor de la victoria
El público se ponía constantemente de pie gritando MVP cada vez que Hideki Matsui se colocaba en la caja de bateo, no es para menos, esta fue su gran noche.
El público se ponía constantemente de pie gritando MVP cada vez que Hideki Matsui se colocaba en la caja de bateo, no es para menos, esta fue su gran noche.
“Godzilla”, como también se le conoce, conectó un tremendo batazo al jardín derecho que elevó las miradas y activó los gritos de los aficionados newyorkinos poniendo a los “Mulos” a liderar dos carreras a cero ante los Filis.
Lo que nadie sabía es que eso era apenas el principio de todo lo que se le vendría encima al cuadro visitante.
Lo que nadie sabía es que eso era apenas el principio de todo lo que se le vendría encima al cuadro visitante.
En las siguientes entradas, el japonés se colocó nuevamente en la caja de bateo para poner con los nervios de punta al entrenador de los Filis, Charlie Manuel, esta vez los Yankees tenían hombres en bases y la cosa se ponía mucho mejor.
Desde la loma salió una bola a 87 millas por hora, era un verdadero rayo, Matsui lo sabía y por eso apretó el bat y fijó su mirada en la bola desde que salió de las manos del lanzador, esperó el segundo cero, endureció sus mandíbulas y conectó la bola al centro del diamante para poner a los Yankees cuatro a uno.
Desde la loma salió una bola a 87 millas por hora, era un verdadero rayo, Matsui lo sabía y por eso apretó el bat y fijó su mirada en la bola desde que salió de las manos del lanzador, esperó el segundo cero, endureció sus mandíbulas y conectó la bola al centro del diamante para poner a los Yankees cuatro a uno.
Esa receta le estaba saliendo a la perfección y se las volvió a aplicar en la quinta entrada, cuando nuevamente le dijo "Sayonara" a la pelota, y los locales ya vencían con siete carreras ante tres de los débiles rivales.
Mientras pasaban las entradas, las miradas de los jugadores de los Filis lo decían todo, sabían que estaban dejando ir de sus manos el campeonato de la Serie Mundial, la goma de mascar no era suficiente para quitar su tensión y nerviosismo.
Los cuatro fantásticos, Jeter, Posada, Pettite, Rivera, fueron los pitchers que pusieron las curvas, bolas rápidas y lentas, los filis no tenían nada más que tan sólo abanicar las bolas de 90 millas por hora.
Lastimosamente, Johnny Damon, el guardabosque de el Imperio del Mal, no logró terminar por una lesión en la pantorrilla de la pierna derecha, sin embargo, el tiempo que estuvo lo hizo como los grandes
Se había ido de 1-0 con un boleto y una anotación antes de abandonar el partido, Jerry Hairston Jr., quien fue titular en el segundo juego de la serie, reemplazó a Damon en el jardín izquierdo.
En la novena entrada era lo decisivo para los Yankees, solamente necesitaban 3 strike's producidos por Mariano Rivera, el público gritaba Yankees, Yankees, el alcalde de New York se levantaba de su silla.
En la novena entrada era lo decisivo para los Yankees, solamente necesitaban 3 strike's producidos por Mariano Rivera, el público gritaba Yankees, Yankees, el alcalde de New York se levantaba de su silla.
Mariano lanzó la bola, un silencio sepulcral se apoderó de ese monumento del deporte para dejar únicamente el sonido del bate conectando la pelota para enviarla al jardín derecho y ser atrapada por el guardabosques, quien la lanzó a primera base para marcar el out con el que los Yankees se coronaban campeones.
Tuvieron que pasar nueve largos años para obtener su 27mo título pero al final llegó y los amantes del buen béisbol se los agradece.
Desde 1947 nunca han perdido en casa, ganaron su primera serie mundial en 1923, 40 series jugadas y lanzaron la casa por la ventana, estrenando estadio y coronándose campeones de la serie.
Desde 1947 nunca han perdido en casa, ganaron su primera serie mundial en 1923, 40 series jugadas y lanzaron la casa por la ventana, estrenando estadio y coronándose campeones de la serie.
Hideki Matsui es el jugador más valioso siendo el primer japones en ganar este título, el cual fue dedicado al jefe de los Yankees.